sábado, 25 de abril de 2009

Somos seres condicionados

Entiendo que cada ser humano hace aquello, y solo aquello, que puede hacer en ese momento. Quizás, un segundo después, por circunstancia de la vida, haya comprendido algo y su acción puede ser totalmente diferente.

Desde esta comprensión más allá de cualquier concepto dual sobre el bien y el mal, el juzgar no tiene lugar.

A través de la observación un0 ve esos "desgarros" en la propia mente, con ese ver, llega el comprender por qué en los seres humanos sigue imperando el sufrimiento en lugar de la alegría, la competencia en lugar de la solidaridad, el amor en lugar del apego, la comprensión en lugar del criticar, la paz en lugar de la discordia.

Cuando la comprensión actúa en uno, el juzgar, el medir, el sentenciar, no puede de ninguna manera tener lugar.

Podríamos juzgar a esa margarita que con la fuerza de la vida ha sido capaz de brotar aun defectuosa, entre el grueso del asfalto?

¿Podríamos juzgar a esa sabina "deforme" que a pesar de las enormes rocas que cubren su semilla, la fuerza de la vida ha hecho que salga a la luz a través de esa grietecilla apenas imperceptible para el ojo humano?

¿Podríamos juzgar a ese pequeño y descolorido rosal que a pesar de las inhóspitas condiciones del terreno, la fuerza de la vida ha hecho brotar la semilla ?

Y ese Iris que nace en el monte torcido y debilitado porque la piedra no solo le quita luz sino que le hace imposible un crecimiento horizontal,.¿ Podríamos juzgarle?. Podemos hacer otra cosa que no sea admirar esa fuerza esa capacidad de la naturaleza para crear.

Así comprendo que sucede con los seres humanos, las circunstancias adversas en que nos criamos , las carencias psicológicas y físicas, las adversidades que nos toca vivir. Toda esa corriente de dolor y sufrimiento que arrastramos como herencia, nos hace "deformes".

¿Cómo podríamos juzgar esa "deformidad"?

Hasta qué punto el ser humano en su ceguera es culpable de ella. Hasta que punto se le puede culpar de estar preso si no ve sus barrotes?

Se dice que tenemos libre albedrío, que somos libre. Yo veo que ese libre albedrío es muy limitado.

Creemos que somos libres cuando decidimos ir aquí y no allí; casarnos con este y no con aquel;vivir en el campo y no en la ciudad etc . Pero, ¿ qué esta actuando en nosotros cuando decidimos tanto lo complejo como lo más nimio?¿ No son nuestros condicionamientos, los de la mente consciente y tanto más los de las capas mentales más profunda?

Entre toda esa herencia de miles de años que tiene el cerebro humano ligada a la herencia genética familiar ,más todo lo que la mente lleva registrado desde el momento de la concepción; la afectación astrológicas,que aunque no podamos demostrar científicamente podemos intuir y mil factores más que desconocemos, pero de seguro actúan junto a este complejo sistema de condicionamientos y circunstancias.

¿No cabria la pregunta de si existe una acción, no condicionada en el ser humano?

Krishnamurti dijo:

Para librarnos de aquello de que somos inconscientes, que es la causa de la limitacióncreciente de nuesstra acción, no hay que excavar en el pasado, sino darse cuenta en la acción presente del presente; es decir: en vez de indagar si sois esclavos de la tradición, del temor, del prejuicio; sed plenamente consciente en vuestra acción, y en esa llama se revelará la causa de la limitación, tal como el temor. Dicho de otro modo; si estáis enteramente despierto, plenamente consciente en una acción que exija vuestro ser completo, percibireis que todas esas ocultas e inconscientes perversiones surguen y osimpiden actuar plena, completamente. Entonces es la ocasión de tratarlas; y si la llama de consciencia es intensa, sonsumirá estas causas limtadoras.

El estado de atención alerta es acción, es dicernimiento; y el temor y la tradición están continuamente limitando, condicionando en nosotros, esta acción. Así, la acción, en vez de liberarnos, sólo aumenta nuestro conflicto, nuestros ploblemas, y de este modo el vivir se convierte en una serie de conflictos, en una serie de luchas.

lunes, 20 de abril de 2009

SIN DESPERDICIO

He visto la película " El visitante " Creo que resalta la calidad humana. Se aprecia tanta belleza interna en sus personajes...
Resulta tan hermoso ver como en el protagonista lentamente, se va produciendo una apertura mental y con ello se va expandiendo su corazón, abriendo sus brazos.
Siempre es reconfortante ver como en una persona va calleando miedos, codicionamientos, vergüenzas. Ver cómo va abandonando las mascaras, las defensas, la falsa.

El joven músico le da la clave para tocar el timbal "no pienses, toca, tienes que dejar de pensar para poder tocar" Como podemos hacer algo con fuerza y entusiasmo si en nuestra mente no para de haber ruido y mensajes que castra nuestra creatividad, "no puedo hacerlo" "no lo se hacer" "nunca podre ser tan bueno como fulano" "yo no valgo para esto, no tengo cualidades suficientes". Siempre midiendonos, comparandonos, juzgandonos. Aprendimos de pequeños a medirnos, nos comparaban con nuestros hermanos, compañeros y amigos. Aprendimos de esa manera a jzgarnos. Nuestra mente se quedó presa de esos y otros aprendizajes negativos y así esos menajes siguen haciendo presión en la edad adulta.

Fue fantástico ver al protagonista al final de la película, (ese gran señor de "bien"), sin chaqueta, cómodamente sentado en un banco de la estación entregado libremente a hacer música, sin más. Libre del prejuicio, de vergüenza, del miedo a hacer el ridículo. En resumen, libre de él. Ni más ni menos...

Otra cosa que parece resaltar es que todo es relativo y ese "que bien" que solemos decir ante algunas circunstancia aparentemente buena; o ese " oh, que pena" ante circunstancias aparentemente mala, no son más que palabreria producida por ese mundo de ilusión en el que solemos estar preso y creemos dominar.

sábado, 18 de abril de 2009

Hoy he visto la película "Cerezos en flor".

Me ha parecido una historia muy intensa, interesante y profunda. Resulta triste ver como el dolor producido en la infancia, aún estaba haciendo huellas en los hijos, produciendo esa separación y frialdad en la relación con sus padres. Mientras la veía estaba en mi la certeza de lo complicados que somos los seres humanos. Parece que fuéramos incapaces de vivir gozando, sintiendo intensamente todo lo plácido que la vida nos ofrece, interesándonos y cuidando a las personas que nos rodea y con quien compartimos nuestras vidas.

En lugar de vivir con ese éxtasis, los humanos vivimos desatentos, sin ver ni oír, sin prestar atención a toda la belleza que nos rodea; perdidos en el movimiento que produce nuestra mente recordando o lamentando el pasado y soñando y deseando hacia el futuro.
Es triste observar este comportamiento en la mayoría de los seres humanos.

En la película se aprecia cómo ,a veces, el dolor produce una transformación en uno y nos hace despertar, a la realidad, Haciéndonos más consciente de lo que realmente importa en la vida.
Así nos muestra como el marido, que vivía en esa parte tan superficial de su mente, necesitando esa tremenda rutina y temiendo tanto lo nuevo e intenso. Tras la muerte de su esposa, el dolor es tal, que entra a actuar en el otra parte más profunda de su mente, conecta con el mismo. Esa conexión, va poco a poco rompiendo lo que hacia, para dejar paso a lo que Es. Dejando salir todo cuanto le va siguiendo desde lo profundo, sin vergüenza ni miedo ,creo que al final ,como bien dice su nuera, fue feliz.
Es como si el ser humano solo reaccionáramos a las cosas más importante del vivir en momentos extremos.

miércoles, 1 de abril de 2009

SILENCIO EN EL ATARDECER

Hola, estoy en leipzig y me llamò ayer algo la atenciòn. querìa escribir sobre ello.Es lo siguiente: En esta ciudad de leipzig, el sol no sale muy amenudo, por lo que sus habitantes, cuando hay, ya no un dìa ,sino un rato soleado, salen de sus casas y se van a gozar de la energuia solar, de su luz y calor. paseando por la ciudad, una se encuentra en cada rincon soleado a personas sentadas tranquilamentes sentadas en el bordillo del escalòn, sintiendo los rayos del sol, o tumbados por los jardines con la mirada puesta en el cielo. por lo que pude observar , apenas si hablaban o hacian otra cosa que sentirlo, gozarlo. Subì a un bosque donde a setenta metro de altura, habìa una planicie verde, donde se divisaba la ciudad, entre hermosos arboles antiguos, muchos de ellos y todos desnudos, pero ya con los brotes a puntos de estallar para volver a vestir sus desnudas ramas. Habia una joven pareja sentada en un tronco, al paco llegò un hombre con un perro, luego otra pareja y un poco más tarde un grupito de jovenes. Era sobre las 7,35 y el sol iba terminando su recorido diario. Todos paseabamos alrededor de la planicie divisando la ciudad desd la altura. El sol seguia acercandose al horizonte y mis acompañantes y y nos sentamos en slencio para ver el atardecer.El sol caia lentamente y en su bajada aveces era cubierto por alguna espesa nube, para volver a ser visto en ese rojo intenso que adquiere en el ùltimo tramo de su viaje.Habia tanta belleza, tanta quietud y fuerza a la vez que por un tiempo me olvide de observar a las personas como parte del paisaje. De pronto mi cabeza girò al rededor observando todo el entorno. Lo que vi me dejo muy sorprendida a la vez que los bellos de mi piel se erizaron, todas las personas que allì estaban, unas trece; estaban desde lugares diferentes siendo uno con el sol. habia una quietud total en todos ellos y el silencio que reinaba era inmenso. No podia dejar de mirar la escena;senti que mis ojos se humedeciron. volvi entonces la cara hacia el oeste y sintiendome extasiada,mis ojos observaba como el sol fue desapareciendo tràs la ùltima nube que cubria el horizonte, y como el cielo se fue cubriendo de un tono violaceo mientras el la temperatura iba bajando por instante.