sábado, 18 de abril de 2009

Hoy he visto la película "Cerezos en flor".

Me ha parecido una historia muy intensa, interesante y profunda. Resulta triste ver como el dolor producido en la infancia, aún estaba haciendo huellas en los hijos, produciendo esa separación y frialdad en la relación con sus padres. Mientras la veía estaba en mi la certeza de lo complicados que somos los seres humanos. Parece que fuéramos incapaces de vivir gozando, sintiendo intensamente todo lo plácido que la vida nos ofrece, interesándonos y cuidando a las personas que nos rodea y con quien compartimos nuestras vidas.

En lugar de vivir con ese éxtasis, los humanos vivimos desatentos, sin ver ni oír, sin prestar atención a toda la belleza que nos rodea; perdidos en el movimiento que produce nuestra mente recordando o lamentando el pasado y soñando y deseando hacia el futuro.
Es triste observar este comportamiento en la mayoría de los seres humanos.

En la película se aprecia cómo ,a veces, el dolor produce una transformación en uno y nos hace despertar, a la realidad, Haciéndonos más consciente de lo que realmente importa en la vida.
Así nos muestra como el marido, que vivía en esa parte tan superficial de su mente, necesitando esa tremenda rutina y temiendo tanto lo nuevo e intenso. Tras la muerte de su esposa, el dolor es tal, que entra a actuar en el otra parte más profunda de su mente, conecta con el mismo. Esa conexión, va poco a poco rompiendo lo que hacia, para dejar paso a lo que Es. Dejando salir todo cuanto le va siguiendo desde lo profundo, sin vergüenza ni miedo ,creo que al final ,como bien dice su nuera, fue feliz.
Es como si el ser humano solo reaccionáramos a las cosas más importante del vivir en momentos extremos.

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