Resulta lógico pensar que el acto de aferrarse a algo impermanente, pretendiendo que es permanente, ha de conllevar dificultades. Con mucha frecuencia, la forma que esas dificultades adoptan es una dolencia física.
" Sentirse mejor" viene como consecuencia de "liberarse" -de cosas, ideas, prejuicios sobre uno mismo o los demás-.
No mostrarse fatalista ni sentarse a la orilla del río diciéndose. " lo que haya de ser, será" Desprenderse activamente de la desesperación implicada en el intento por identificarse con experiencias, objetos y situaciones fijos y limitados.
Conforme se profundiza en el proceso de liberación, aumenta también la sensación de bienestar.
Cuando situamos la imaginación a su posición de igualdad con el pensamiento lógico, nos abrimos al cambio y la renovación
Nos autoconcedemos una oportunidad para disfrutar de la sucesión constante de ahoras a medida que van pasando.
Esto viene a resultar lo contrario de la experiencia habitual de la mayoría de las personas en las que se suelen concentrar con mayor frecuencia en el pasado o el futuro. Cuando nos conectamos con puntos fijos en torno a los cuales atamos una serie de criterios y significados perjudiciales.
Así, por ejemplo, pensamos en nosotros mismsos como " graduado en arquitectura" " separada el 12 de febrero" "premiada por mejor trabajo el 14 de enero" etc. Los acontecimientos asumen la forma de pequeños souvenirs, y nos rodeamos de ellos construyendo una especie de caparazón, difícil de traspasar en el curso normal de la vida.
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