sábado, 1 de enero de 2011

Resumen del segundo acuerdo

Segundo acuerdo: No te tomes nada personalmente

Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente. Utilizando un ejemplo: si te encuentro en la calle y te digo: "¡Eh, eres un estúpido!", sin conocerte, no me refiero a ti, sino a mí. Si te lo tomas personalmente, tal vez te creas que lo eres. Quizás te digas a ti mismo: "Cómo lo sabe? ¿Acaso es que se me nota tanto?
La importancia personal es la expresión máxima del egoísmo porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Durante el periodo de educación (o de nuestra domesticación), aprendimos a tomarnos todas las cosas de forma personal.
Nada de lo que los demás hacen en este sentido, es por ti. Lo hacen por ellos mismos, hablan de ellos mismos. Los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien dice suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo.
Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, les resulta fácil atraparte con una sola opinión, y como te lo tragas te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura.
Cuando nos tomamos las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos, porque tienes la necesidad de tener razón y de que los demás estén equivocados, forzándote en demostrar que tienes tú la razón.
Lo que pienses de mí no es importante, dirán dependiendo de su estado de animo:¡Oh, eres un ángel" "oh, eres repugnante" Ninguno de los dos comentarios me afecta. Se lo que soy, no necesito que me acepten. No me lo puedo tomar personalmente en modo alguno, ves el mundo con distintos ojos, con los tuyos. Creas una película entera en t mente, y en ella tú eres el director, el productor y el protagonista. La manera en que lo ves se basa en los acuerdos que has establecido con la vida, es algo personal tuyo. No es la verdad de nadie más que de ti. (La verdad no surge de la mente personal).
Ni siquiera las opiniones que tiene de ti mismo son necesariamente vedad; por lo tanto no tienes la menor necesidad de tomarte cualquier cosa que oigas en tu propia mente personalmente.
Por lo tanto si te enfadas conmigo, se que eso está relacionado contigo. yo soy la escusa para que tú te enfades. Y te enfadas porque tienes miedo, porque te enfrentas a tu miedo. Si no tuvieras miedo, no te enfadarías conmigo en modo alguno, no me odiarías, no estarías celoso.

Si vives sin miedo, si amas, no hay lugar para ninguna de esas emociones. Entonces todo lo que te rodea está bien.

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