miércoles, 18 de abril de 2012

SENTIR

No pensar que " me lavo los dientes" sino SENTIR todo lo que ese acto hace en mi.

No pensar que "friego los platos" sino SENTIR cómo sienten mis manos el agua que por ellas corre, la textura del estropajo, el olor del jabón, la suavidad del plato...

No pensar que " miro un árbol" sino SENTIR esa cosa viva extraordinaria que nos une.


EN ese acto de sentir, no se está soñando, no se está pensando, no se está midiendo ni comparando. Es algo sublime ir viviendo la vida de esta manera, cada vez que hacemos algo con todo nuestro ser atento, estamos creando vida, devolviendo vigor a la vida.

En ese hacer, no existe la queja, no se pone resistencia, no se enfada uno con lo que "ya es" con lo que se va sucediendo en nosotros. En cambio sentimos con más intensidad como la brisa nos acaricia, percibimos los más leves olores, gozamos de los rayos de sol y también del vivificador frió, de los cielos grises y los implacables truenos.

Ahí, el sentir hambre por unas horas no es un horror, el mojarnos bajo la lluvia no es motivo de enfurecimiento, el no reconocimiento no es motivo de tristeza.
Ahí las emociones tienen un lugar que no es desmesurado, que no nos desborda ni nos arrastra. Se está abierta y receptiva, gozando lo gozables y aceptando sin pesar las circunstancias adversas. Ahí está el vivir VIVO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario