En su valle hay inmensos castaños que continuamente iba soltando sus pinchudos erizos con ese bonito y nutritivo fruto que caian al suelo fuera de ellos.
Mi nietito y yo fuimos una tarde a recoger ese fruto y lo pasamos bonito. Otro día fui sola al amanecer, para recoger las caídas durante la noche. Fue una gratificante cosa que me aportó énerguia y frescura. Suele suceder cuando se está en plena naturaleza. Vi unos jabalíes tomando su temporal desayuno.
Me llena de fascinación y sentimientos observar animales salvajes. Me conecta con algo muy fuerte en mi interior. Tienen tanta belleza. Son tal elegantes y astutos y estan tan despiertos...Es una autentica maravilla verlos, mirarlos...
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