martes, 27 de octubre de 2009

10 del 2007

observar un atardecer, la calma que me produce el sonido del aire en su paso por los arboles, mirar con alegría el crecimiento de los arboles que he sembrado en la finca y que con lentitud han ido creciendo. Una se da cuenta cómo entra a veces esos pensamientos que intentan adueñarse de esos momentos de gozo. O de apego a eso que considera suyo.Simultanea mente está esa consciencia donde al entrar estos pensamientos-sensaciones, se ven tan pequeños, son tan débiles que surge una especie de movimiento donde todo se desvanece. No hay apego, no hay pensamientos; Pero está el goce de esos instante, ese soplo de brisa fresca y cálida.

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