lunes, 3 de agosto de 2009

El no fortalecimiento del dolor

“Cualquier movimiento del pensar es el fortalecimiento del dolor

Lo podríamos comparar a la llamada de atención de un niño enrabiado: Si le gritamos, si intentamos que se calle, si hablamos de ello con otros, si intentamos exponerlo a alguien etc. Todo conduce al fortalecimiento de la llamada de atención.

Aún queda la indiferencia,¿ pero, seria correcto no hacer caso a alguien que de cualquier forma está sufriendo y gimiendo de dolor?

¿Y si mirásemos al niño muy, muy atentamente?, con todo el amor del que fuéramos capaz, sin ningún reproche, ninguna intención de deshacernos de el, sin el sentimiento de aprobación o rechazo; nada, simplemente observación, observación para ver, mirar para que se nos revele todo lo que contiene, lo que es.

Así tendríamos que hacer con cualquier dolor que se instale en nosotros: observarlo con amor y sin el sentir del fastidio que nos hace querer que desaparezca; Así le daremos un espacio para su florecimiento y su muerte

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